En el 2º Foro Nacional de la Bomba de Calor, celebrado en Córdoba el mes pasado, Green Building Council España presentaba el proyecto “Building Life”, la hoja de ruta para la descarbonización total de la edificación en nuestro país. Y es que uno de los principales propósitos, tanto en Europa como a nivel nacional, es la descarbonización de los edificios. Para ello, la bomba de calor supone un factor clave.

En cuanto a la climatización de edificios, es la tecnología más eficiente y competitiva. Facilita la transición hacia las renovables mediante la red eléctrica y el autoconsumo y, además, posibilita una hibridación con otras tecnologías importantes en la transición como lo son la geotermia o la solar térmica.

En España, de los 16,6 millones de viviendas principales construidas, se pronostica una rehabilitación de 1,2 millones para el año 2030 y superar los 7 millones de viviendas rehabilitadas en 2050. Dentro de esta estrategia que forma parte del Plan Nacional integrado de Energía y Clima (PNIEC) también se prevén 4 millones de viviendas nuevas edificadas de aquí a 2050.

El sector de la edificación supone, a nivel nacional, el 30,1 % del consumo de energía final y el 25,1 % de las emisiones de CO2; de estas, el 8,2 % son directas, asociadas al consumo de combustible en residencias, comercios e instituciones.

No hay que olvidar que para que la bomba de calor se instaure como primera opción, fabricantes e instaladores juegan un papel fundamental. Las empresas deben esforzarse en descarbonizar su producción y los instaladores y mantenedores deben tener en cuenta la inclusión de estos nuevos productos más sostenibles.