Climatización fotovoltaica: combinación de aerotermia y energía fotovoltaica para autoconsumo

El creciente interés por las energías renovables ha impulsado la búsqueda de sistemas más eficientes y sostenibles. Una de las combinaciones más prometedoras en este ámbito es la de la aerotermia con la energía fotovoltaica de autoconsumo, que ofrece una solución eficiente y respetuosa con el medio ambiente para la climatización de viviendas. En este artículo, exploraremos cómo funciona este sistema híbrido y cuáles son los beneficios de su integración.
Aerotermia y autoconsumo fotovoltaico: una alianza sostenible
Ambas tecnologías, aerotermia y fotovoltaica, son renovables y altamente eficientes, lo que les confiere un impacto ambiental positivo y beneficios económicos interesantes. La aerotermia utiliza la energía del aire exterior para generar frío o calor, mientras que los paneles fotovoltaicos convierten la energía solar en electricidad. Al combinar ambas tecnologías, el sistema fotovoltaico puede aprovechar la energía sobrante para alimentar la bomba de calor de aerotermia, maximizando así el rendimiento energético de la instalación.
Cuando el sistema fotovoltaico detecta un exceso de producción de energía no consumida, esta puede ser utilizada para aumentar la consigna de la aerotermia, calentando el agua sanitaria o activando la climatización (calefacción o refrigeración). Así, se logra reducir el consumo de energía de la red, logrando un ahorro significativo. Si además se cuenta con baterías para almacenar la energía, la independencia de la red eléctrica es aún mayor, lo que incrementa la autosuficiencia energética del hogar.
Elementos del sistema híbrido aerotermia-fotovoltaica
Este sistema se compone de varios elementos clave que permiten una integración eficiente de ambas tecnologías. Estos son:
Módulos solares fotovoltaicos: Los paneles solares capturan la energía del sol y la convierten en electricidad. Es común que se utilicen paneles de silicio monocristalino, que ofrecen un buen rendimiento en la mayoría de aplicaciones residenciales. Sin embargo, la cantidad de módulos requeridos dependerá de las necesidades energéticas de la vivienda.
Inversores solares: Estos equipos transforman la corriente continua generada por los módulos en corriente alterna, que es la que se utiliza en el hogar.
Baterías solares: Permiten almacenar la energía generada por los paneles fotovoltaicos, para su uso cuando no hay suficiente radiación solar o en momentos de alta demanda. Las baterías son clave para aumentar la autosuficiencia del sistema.
Bomba de calor aerotérmica: La aerotermia extrae energía del aire exterior para calentar o enfriar el agua, que luego se utiliza para la climatización o agua caliente sanitaria (ACS). Este sistema puede funcionar incluso en climas fríos, y se considera una fuente renovable debido a su alta eficiencia.
Ventajas del sistema híbrido
El uso combinado de aerotermia y energía fotovoltaica ofrece múltiples beneficios:
Ahorro energético: La energía generada por los paneles solares reduce el consumo de electricidad de la red, especialmente cuando se utiliza para alimentar la aerotermia. La energía no consumida en el momento puede almacenarse en baterías para su uso posterior.
Sostenibilidad: Al ser un sistema que utiliza fuentes de energía renovables (aire y sol), se reduce considerablemente la huella de carbono de la vivienda, contribuyendo a la lucha contra el cambio climático.
Autosuficiencia energética: Al incorporar baterías, el sistema puede aumentar la independencia de la red eléctrica convencional, lo que se traduce en mayor control sobre el consumo y reducción de costos a largo plazo.
Tendencias y normativas
La transición hacia energías renovables y la descarbonización de los edificios es una prioridad en Europa. Normativas como el Reglamento de Instalaciones Térmicas en Edificios (RITE) y el Código Técnico de la Edificación promueven la eficiencia energética y el uso de energías renovables. Estas regulaciones obligan a incorporar sistemas como la aerotermia y la fotovoltaica en las nuevas construcciones y rehabilitaciones, alineándose con los objetivos del Pacto Verde Europeo, que busca reducir un 55% las emisiones para 2030.
Además, el creciente interés de los consumidores por tecnologías eficientes y sostenibles está impulsando la demanda de estos sistemas híbridos, que no solo ofrecen un ahorro económico a largo plazo, sino que también son una apuesta por la sostenibilidad.