En el evento Forotermia celebrado en Madrid, la Asociación de Fabricantes de Equipos de Climatización (AFEC) presentó su reciente informe titulado Comparación de sistemas de calefacción doméstica, en el que se analizan las distintas tecnologías utilizadas para la calefacción y el agua caliente sanitaria (ACS). Este estudio compara tanto fuentes de energía renovables como de combustibles fósiles, evaluando su eficiencia energética, emisiones de CO2 y costos operativos.

 

Durante la presentación, Marta San Román, directora de AFEC, destacó los hallazgos más relevantes del estudio, que incluyó un análisis exhaustivo de las siguientes tecnologías: calderas de diésel o gasóleo, calderas de gas natural, calderas de biomasa, calderas de biometano, calderas a base de hidrógeno (tanto al 100 % como con un 20 % de hidrógeno), radiadores eléctricos y bombas de calor eléctricas.

 

Para llevar a cabo este informe, AFEC utilizó una metodología que evaluó todo el ciclo de producción y distribución de combustibles y electricidad, hasta su uso final para generar calor. En este análisis, se consideraron tanto los escenarios más favorables para los equipos nuevos como los menos eficientes, correspondientes a sistemas de calefacción ya instalados en edificios de varios años de antigüedad.

 

Según el estudio, la bomba de calor eléctrica para calefacción y ACS se posiciona como la tecnología más eficiente en términos de consumo energético. Además, destaca por ser la que menor impacto ambiental genera, con las emisiones de CO2 más bajas, y la que presenta los costos operativos más reducidos, logrando ubicarse en los primeros puestos en todas las categorías analizadas.

 

En cuanto a los costos operativos, la biomasa es la tecnología más económica, seguida por las bombas de calor y las calderas de gas natural. Sin embargo, el biometano no se presenta como una opción competitiva debido a sus elevados costos operativos.

 

Aunque el hidrógeno renovable es considerado una opción limpia, el informe señala que no es adecuado para la calefacción doméstica. En términos de eficiencia energética, las bombas de calor superan al hidrógeno renovable por hasta cinco veces, y los costos de su combustión son casi tres veces mayores que los de las bombas de calor eléctricas.

 

El biometano podría ser una opción viable en términos de compensación de emisiones de CO2. No obstante, su eficiencia se ve limitada, ya que para generar un MWh de energía útil se requieren 3 MWh de energía. Por otro lado, la biomasa, si se utiliza con combustible de proximidad y origen sostenible, se presenta como una alternativa válida, aunque es fundamental tener en cuenta el impacto ambiental de otras emisiones como los óxidos de nitrógeno (NOx).