La palabra “orden” la utilizamos en muchísimas ocasiones como un calificativo positivo y algo muy necesario en nuestro día a día profesional. Pero, cuando queremos llevarla a la práctica, la realidad es otra muy distinta. Y más cuando ese orden, o su contrario (el desorden), los vivimos en nuestra empresa.
Antonio Valls –Director General de SystemShop Consulting y consultor especialista en estrategia y optimización del punto de venta– reflexiona sobre este tema en un artículo publicado en el Blog de Climatización y Confort.
Se pregunta el autor: ¿somos conscientes del coste que supone el desorden que acumulamos y al que no damos importancia, ya que se ha convertido en algo normal y habitual con lo que convivimos en lugar de hacer algo por cambiarlo?
La incidencia que tiene este desorden natural y continuo está visible en una infinidad de lugares de los más comunes como el mostrador (donde atendemos a los clientes, que muchas veces está repleto de elementos que no utilizamos hace muchos meses –o incluso años– y que nos entorpecen nuestra labor.
Una desorganización que también puede manifestarse en el interior del vehículo de empresa, por ejemplo de cualquier instalador, que nos obliga a justificarnos y pedir disculpas cuando tenemos que llevar en él a alguna otra persona.
¿Cuántas veces hemos visto oficinas con las mesas de trabajo repletas de papeles y elementos totalmente innecesarios que forman parte del paisaje laboral de cada día de nuestra empresa?
Un ejemplo claro son las zonas de entrada y salida a nuestro almacén, donde vamos depositando restos de pedidos, devoluciones, partes de embalaje que pensamos en poder aprovechar en algún momento y que nunca será así…
Para prevenirlo, es importante ser muy estrictos en explicar la importancia del orden y en prohibir que se deje cualquier cosa en cualquier lugar. Bien sea la oficina, el almacén, los vehículos de repartos o nuestra tienda.
Leer el artículo completo El desorden: ¿cuánto le cuesta a la empresa? en el Blog de Climatización y Confort.