El aumento de los precios de las materias primas químicas básicas para fabricar gases refrigerantes, las importantes subidas de los portes del transporte marítimo, la poca disponibilidad de contenedores y el alto coste del transporte por carretera son algunos de los elementos de la “tormenta perfecta” que está afectando a los precios y a la disponibilidad de gases HFC, imprescindibles para el funcionamiento de muchas instalaciones frigoríficas.
Según AEFYT (Asociación de Empresas de Frío y sus Tecnologías), todo ello supone un incremento de precios de los gases refrigerantes de entre el 30 y el 60 por ciento, sin signos de que la situación pueda mejorar hasta abril o mayo de 2022, dependiendo de la demanda que haya en Europa y de la situación de China.
“A pesar de ello –afirma Susana Rodríguez, presidenta de la asociación–, los diferentes eslabones de la cadena de valor del frío están haciendo grandes esfuerzos para no repercutir la subida de precios al mercado, aunque las consecuencias podrían notarse en breve”.
AEFYT recomienda a sus asociados acelerar las medidas de ahorro y reutilización de gases refrigerantes en una migración hacia soluciones que incrementen la eficiencia energética. Potenciar la regeneración de gases refrigerantes de manera que la materia prima en instalaciones existentes sean los propios gases ya usados, migrar hacia fluidos con menor PCA para compensar el sobrecoste del Impuesto sobre Gases Fluorados de Efecto Invernadero y elaborar planes de inversión que tengan como objetivo minimizar las fugas de gases y potenciar el ahorro del consumo de los mismos con medidas de control de fugas son algunas de las soluciones que, en opinión de la asociación representativa del sector del frío en España, podrían ayudar a mejorar la situación.
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